re y humilde presente, que, si los que tratan de letras humanas, se valen de los
príncipes
de la tierra, dedicándoles sus ingeniosas obras, yo, que mi último intento es can
su regalado
jardín.
Recebid, pues, dulcísima Virgen, este pobre y humilde presente, que, si los que tratan de letras humanas, se valen de los
príncipes
de la tierra, dedicándoles sus ingeniosas obras, yo, que mi último intento es cantar
alabanzas
del Príncipe vuestro hijo y vuestras, justo es valerme de vuestro